Bernardo Martín Méndez es voluntario del Arciprestazgo de Cáritas Centro, en Santa Cruz de Tenerife, y actualmente desarrolla su labor en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán. En esta entrevista repasa sus sensaciones y momentos más difíciles vividos el último año, especialmente a raíz de que se decretara en nuestro país el Estado de Alarma y el confinamiento debido a la incidencia de la Covid-19.
– ¿Cómo ha sido el último año en el proyecto, especialmente desde que se decretó el Estado de Alarma en nuestro país y se produjo el confinamiento?
«En el confinamiento prácticamente no pudimos hacer nada, porque la mayoría de las personas voluntarias eran mayores y se nos recomendó que permaneciéramos en casa. Todo lo hizo el párroco de manera sobresaliente; él solito atendió a todos los que acudieron al despacho parroquial pidiendo algún tipo de ayuda. A partir del 1 de junio del año pasado, el equipo de Cáritas ya se hizo cargo de nuevo de las acogidas, y trabajamos mucho, porque atendimos al mes a más de 80 participantes. Les llamábamos por teléfono para que vinieran los miércoles a partir de las 17.30 horas y les dábamos cita a cada uno de diez en diez minutos para que no se juntaran y así cumplir con la normativa sanitaria. Fueron momentos muy difíciles pero a la vez muy especiales para todos nosotros».
-¿ Cuál fue la respuesta de la comunidad parroquial y del municipio?
«La comunidad parroquial siguió ayudando como siempre a pesar de reducirse los aforos por las medidas sanitarias. El municipio, aunque al principio no se notó demasiado, fue incrementando poco a poco las ayudas, hasta el punto de que en los últimos tiempos nos han rebajado el número de participantes a los que acompañamos. Así, comenzamos al principio con más de 80, y actualmente atendemos a 39. Y esta bajada del número de participantes se debe a las ayudas municipales y que algunos han encontrado trabajo».
-¿ A nivel personal, qué momento fue el más difícil de todo este periodo?
«Cuando el equipo comenzó a hacer las acogidas, nos encontrábamos superados y desbordados con tanta gente y con miedo a los contagios, aunque la parroquia nos puso los medios necesarios de higiene y aislamiento para que pudiéramos desarrollar nuestra labor. Pero pasamos unos meses preocupados por todo lo que estaba ocurriendo».
-¿ Cómo están viviendo los/as participantes que acompañan en el Arciprestazgo esta situación?
«Las personas que acompañamos está viviendo esta situación con muchas estrecheces, especialmente debido a la falta de trabajo; y, como consecuencia de esto, en la mayoría de los casos carecen de ingresos no pueden pagar los alquileres y la autoestima de muchos de ellos se resiente. Será algo que tardarán mucho tiempo en superar».
– ¿ Cómo valora la acción de la Iglesia en estos momentos?
«Creo que durante la pandemia la Iglesia está cumpliendo ampliamente las expectativas, ha estado y sigue acompañando a los más necesitados, como ha hecho siempre».
Actualizado 30 julio, 2021