Cáritas Diocesana de Tenerife trata a 211 personas con trastornos relacionados con el consumo de alcohol

El Proyecto Drago, una Unidad de Atención a las Drogodependencias (UAD) especializada en los trastornos relacionados con el consumo de alcohol de Cáritas Diocesana de Tenerife, ha asistido en lo que va de año a 109 familias y un total de 211 personas con esta patología adictiva. Dicho proyecto, que cumple 23 años desde su puesta en marcha, se centra en la Desintoxicación, Deshabituación y Rehabilitación Alcohólica de los pacientes. El perfil y la problemática que presenta este trastorno han ido cambiando a lo largo de los últimos años, como así se constata en el informe publicado con motivo de la celebración, este 15 de noviembre, del Día Mundial Sin Alcohol.

Respecto a los últimos cinco años, en el citado informe se constata un ligero aumento de las mujeres que se acercan al proyecto solicitando ayuda, especialmente a raíz de la pandemia por la Covid-19. En concreto, la cifra de mujeres atendidas ha pasado de un 21% hace cinco años al 32% actual. El 55% de las personas atendidas empezaron a beber entre los 14 y los 17 años, según refleja el documento publicado por Cáritas Diocesana de Tenerife, que expone que el 22% de los pacientes viven solos y el 20% en centros de acogida, como consecuencia de las rupturas familiares que provoca esta enfermedad.

Familiar alcohólico

Además, el 51% presenta un familiar de primer rango alcohólico. Así, resulta evidente que existe una mayor vulnerabilidad a desarrollar dicha enfermedad en pacientes con familiares alcohólicos, siempre que se acompañe con factores exógenos que potencien el desarrollo de dicho trastorno.

Actualmente, el 51,4% de las personas que acuden a proyecto Drago presenta Patología Dual, un trastorno adictivo que coincide con un trastorno psiquiátrico. Mientras, un 93% de los pacientes están diagnosticados de dependencia alcohólica y un 7% tiene consumo abusivo.

La mayoría de ellos son derivados por los Servicios Sociales (33%), seguidos de las propias familias y amigos de los afectados (32%) y los servicios sanitarios (22%).

Subvencionado por la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, el proyecto Drago trabaja desde un enfoque biopsicosocial, a través de un equipo interdisciplinar formado por una médica, una psicóloga y una trabajadora social. Desde 2009, la cifra de personas atendidas en el recurso que gestiona Cáritas Diocesana de Tenerife ha crecido cerca de un 40%.

Proyecto Drago es la única unidad específica en la atención de los trastornos por consumo de alcohol de la Red de Drogodependencias que existe en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Ofrece orientación, información, valoración y derivación a otros recursos si fuera necesario, así como tratamiento médico, psicológico y social en terapias individuales y grupales, además de asesoramiento en prevención de drogodependencias. También participa en campañas de sensibilización y lleva a cabo acciones formativas.

Casos de recuperación

En cuanto a los resultados obtenidos en lo que va de año, tres de cada diez pacientes atendidos ya recibió el alta terapéutica, mientras que el 18% abandonó el tratamiento. Uno de estos casos de recuperación es el de Javier (nombre ficticio dado para preservar su intimidad). Según explica, ya está mucho mejor, “aceptando mi enfermedad y siendo más positivo”. “Me siento cada día más fuerte y hago el esfuerzo de querer cambiar mis hábitos por cosas que me llenen el vacío interior que tenía. Yo dejé el alcohol porque era preso de él”, recalca Javier, quien insiste en que le gustaría creer “que es para siempre, pero tengo que estar siempre alerta, ya que con un bajón puedo destruir toda mi vida”.

En la misma línea se manifiesta Padmini, quien afirma que no puede creer que hayan pasado casi dos años desde que dejó “esa existencia vacía” que le proporcionaba el alcohol. “¡Es increíble lo que podemos hacer cuando nos lo proponemos!”, denota.

Para Padmini, “ahora somos realmente quienes deberíamos ser, y estar donde debíamos estar. Lástima que perdimos tanto tiempo”. “Todas esas horas, días, semanas en la neblina o en el olvido, sintiéndonos como una mierda, sin poder comer; cuando incluso el agua nos hacía vomitar incontrolablemente; nuestra vida no estaba viva.  No era feliz. Era como vivir en una zona de guerra, lo que parecía la paz era poner una tirita en una columna rota”, expresa.

Riesgo de muerte evitable

“Pero ahora lo sé, que esa bebida no era la muleta que pensábamos que era; era sólo otro palo con el que golpearnos”, agrega Padmini, quien deja claro que nunca pensó que vería el día de levantarse feliz cada mañana, “de tener ganas de compensar todos los días perdidos, las oportunidades perdidas, los recuerdos perdidos, la Padmini perdida”.

“A las personas que pueden estar en una situación parecida a la mía les diría que nunca olviden la oscuridad, las pesadillas, las voces, las visiones o los vómitos; son parte de quienes somos ahora y debemos agradecer a esos molestos momentos negativos el no permitir que la muerte nos quite el día de hoy”, concluye.

Cáritas Diocesana de Tenerife quiere reforzar en el Día Mundial Sin Alcohol el mensaje de que el consumo nocivo de alcohol tiene grandes repercusiones en la salud pública y está considerado como el tercer factor de riesgo evitable de muerte prematura e incapacidad, siendo igualmente uno de los cuatro factores de riesgo principales sobre las enfermedades no transmisibles.

 

Actualizado 15 noviembre, 2021