María Pilar González, más de una década de servicio en Cáritas Diocesana de Tenerife como agradecimiento al apoyo recibido por su familia

María Pilar, voluntaria Los Realejos

María Pilar González Felipe desconocía cuando llegó a Cáritas Diocesana de Tenerife, hace ya más de 11 años, que su historia estaba ligada a la de una entidad que allá por los años 60 había ayudado a su familia en Venezuela para que pudiera reunirse de nuevo después de un tiempo de trágica separación.

“Creo que, sin saberlo, mi llegada a Cáritas en realidad fue como una especie de agradecimiento a todas esas personas que hoy en día necesitan de mi ayuda, devolviendo en parte aquello que hicieron por mi padre en su día”, expone María Pilar, que actualmente es voluntaria de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio de El Toscal-Longuera, en el municipio norteño de Los Realejos.

Devolver lo recibido

Y es que, aunque cuando inició su voluntariado en Cáritas Diocesana de Tenerife no sabía aquella relación de su familia con la institución, María Pilar siempre tuvo claro que quería ayudar a los más vulnerables, aportando su experiencia como psicopedagoga. “Al encontrarme en paro en el año 2011, decidí ayudar a quien lo necesitara; así, hablé con el cura de mi parroquia y él me informo que el mejor lugar para acoger y acompañar a todas esas personas excluidas sería en Cáritas, atendiéndolas en lo que pudieran necesitar”.

Fue poco después cuando conoció la historia de su padre y su relación con Cáritas en Caracas, a la que su progenitor había solicitado ayuda en el año 1968 para llevar a su madre y a ella misma a Venezuela, al no tener posibilidades económicas. “Ellos le ayudaron con el pago de parte de los billetes para que nuevamente mi familia estuviera unida allí”, explica María Pilar, quien reconoce que en los últimos años la entidad ha evolucionado, “se ha adaptado a la nueva era digital y a los cambios que se están llevando a cabo en la sociedad”.

En la orilla opuesta, esta voluntaria echa en falta poder disponer de más tiempo para realizar su labor, que tiene que compaginar con su trabajo. “Me gustaría tener más disponibilidad para acercarme a otras Cáritas y aportar mi granito de arena”, subraya María Pilar, quien concluye dejando claro que “todo aquello que hacemos, se nos devuelve siempre”.

 

Actualizado 6 abril, 2022