La pandemia por la Covid-19 provoca que las personas atendidas por Cáritas Diocesana de Tenerife aumenten más de un 20% el año pasado

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Las circunstancias sobrevenidas a raíz de la pandemia mundial provocada por la Covid-19 nos han resituado en un nuevo mapa histórico, en el que emerge una sociedad mucho más frágil y vulnerable, que ante la insuficiencia de respuestas por parte de las Administraciones se ve obligada a acudir a servicios como los que ofrecen entidades como Cáritas Diocesana de Tenerife. Esta es la principal conclusión que se desprende de la información recopilada en la Memoria Institucional de la entidad, que ha sido presentada esta mañana en un acto que ha contado con la presencia del obispo de la Diócesis, Bernardo Álvarez, y del director y el secretario general de Cáritas en la provincia, Juan Rognoni y Ricardo Iglesias, respectivamente.

Cáritas Diocesana de Tenerife atendió en 2020 a un total de 6.018 hogares y 19.769 personas (entre ellas 4.552 menores de edad), a través de los 17 arciprestazgos que conforman la Diócesis Nivariense y de los diferentes programas y proyectos que desarrolla. Ello supuso un 22% más de personas beneficiarias que en 2019. Además, según los datos recogidos en la Memoria, muchas de estas personas acudieron por primera vez a alguno de los servicios ofrecidos por Cáritas, una tendencia que previsiblemente se mantendrá a lo largo de este año.

Necesidades básicas

En las parroquias de la provincia de Santa Cruz de Tenerife fueron atendidas 15.175 personas, tanto la cobertura de sus necesidades básicas como talleres y acciones para la mejora de su calidad de vida. El resto, otras 4.594 personas, se beneficiaron de los distintos proyectos específicos que tiene la institución. En esta línea, hay que destacar que 1.202 personas participaron en el Programa de Empleo, que presenta dos líneas de acción. Por un lado, Cáritas Diocesana de Tenerife atendió a 825 personas a través del proyecto insular en red “Barrios por el Empleo: Juntos más Fuertes” y a otras 377 en distintos Itinerarios de Inserción Sociolaboral. Del total de participantes acompañados, 535 personas recibieron formación profesional y/o complementaria y un total de 268 (el 23%) lograron la inserción. No obstante, las acciones para la mejora de la empleabilidad son un eje transversal de todos los programas y proyectos de la entidad, entendiendo que “el acceso al empleo es un elemento fundamental para la integración personal y familiar de las personas”.

En cuanto al área de Vivienda-Inclusión Social, el año pasado fueron atendidas 3.303 personas. De ellas, 158 fueron acogidas en alguno de los siete recursos alojativos para personas en situación de sin hogar que gestiona la entidad en la isla de Tenerife, donde se proporciona cobertura de necesidades básicas y acompañamiento psico-socioeducativo y para la mejora de la empleabilidad. Del total de atendidas, 30 familias son monomarentales (mujeres solas con hijos menores a su cargo).

Confinamiento

Respecto a 2019, hay que subrayar que la situación de crisis sanitaria, y más concretamente el período de confinamiento vivido entre marzo y mayo, disminuyó significativamente el número de personas acogidas en nuestros recursos alojativos, ya que debimos paralizar todos los procesos durante ese tiempo y el periodo de desescalada. La consecuencia administrativa directa de dicha situación ha propiciado además la ralentización de todos los procesos burocráticos, lo que ha aumentado aún más la dificultad de las personas para finalizar sus procesos y lograr la plena reinserción social. De igual modo, la pandemia ha sacado a la luz la realidad de muchas personas en situación de exclusión residencial extrema, sobreviviendo en lugares poco salubres y dignos.

En esta línea, Cáritas Diocesana de Tenerife ha visto cómo aumentaban notablemente las personas en situación de sin hogar atendidas por el proyecto de Unidades Móviles de Atención en Calle (UMAC), tanto en la isla de Tenerife como en La Palma. Así, en 2020 fueron acompañadas un total de 969 personas en situación de sin hogar, un 70% más que el año anterior. Esta realidad fue la que hizo que la entidad diocesana, con el apoyo del Cabildo de Tenerife y el asesoramiento metodológico de la Red de Acción e Investigación Social, llevara a cabo un diagnóstico riguroso sobre el sinhogarismo en la Isla, que fue presentado el pasado mes de abril.

Economía solidaria

En comunión con el objetivo pastoral de nuestra Diócesis, que nos invita a mirar a las periferias existenciales, Cáritas Diocesana de Tenerife sigue trabajando intensamente en materia de Vivienda y Empleo, como respuesta a las demandas planteadas desde el territorio. Ello, sin olvidarnos del acompañamiento de las personas acogidas en nuestros recursos alojativos y que, por diferentes motivos, no pueden acceder a una vivienda; de los migrantes, que la situación de pobreza y conflicto expulsa hasta nuestras fronteras; de los mayores que pasan la jornada en nuestros Centros de Día o que acompañamos en sus domicilios a través de nuestro voluntariado; o nuestra apuesta por la economía solidaria, donde las empresas de inserción constituyen una alternativa al actual modelo excluyente que prima en la sociedad.

Porque en Cáritas apostamos por “tejer redes, hacer comunidad, sumar trabajo, sueños, hacer común-unión con otros, que son las llaves que nos permiten entrar en otros mundos posibles, donde fluyen corrientes de amor, justicia y fraternidad, que transforman y alimentan la esperanza de las personas”. En esta línea de transversalidad de nuestras acciones, y respondiendo a nuestra misión como cristianos que conocemos quiénes son los preferidos del Señor, seguimos impulsando proyectos como “Base 25”, cuyo objetivo es prevenir el sinhogarismo y proporcionar alternativas habitacionales a personas y familias en situación de vulnerabilidad y exclusión residencial, acompañándolas en su plena inclusión social. “Base 25” atendió a 552 familias y 1.544 personas el año pasado, entre las que había 598 menores de edad. Lo hizo con un equipo multidisciplinar, que asesora e interviene socio-jurídicamente y desde el empleo a personas y familias afectadas por desahucios y ejecuciones hipotecarias, entre otras.

Además, 89 personas se beneficiaron de la atención de los centros diurnos para mayores y otros servicios especializados para este colectivo, siendo esta otra de las líneas de acción de la institución, que apuesta por el envejecimiento activo, incluso de aquellas personas en mayor situación de vulnerabilidad social. La Covid-19, y las restricciones sanitarias impuestas por las Administraciones, obligó al cierre de estos servicios durante buena parte de 2020, aunque el acompañamiento a estas personas se mantuvo de forma telefónica y a domicilio por parte del equipo técnico del programa. Igualmente, dentro del trabajo por el Derecho a la Salud, se desarrollaron dos actuaciones diferenciadas: una desde el proyecto de desintoxicación y deshabituación alcohólica “Drago”, que atendió a 228 personas, de las cuales el 35,6% recibió el alta terapéutica.

Empresas de inserción

Por otro lado, y en el marco de la economía solidaria, en agosto de 2016 se pusieron en marcha dos empresas para la inserción sociolaboral de los colectivos más vulnerables, “114 Espacio Creativo”, dedicada al diseño, las artes gráficas y el desarrollo de eventos; y “Buscándome las Habichuelas”, especializada en la producción y comercialización de productos agropecuarios ecológicos. Ambas continúan creciendo y diversificando sus acciones, aumentando además sus plantillas. No en vano, desde agosto de 2017 “Buscándome las Habichuelas” inició una nueva línea de negocio vinculada a la “ECOcina”, con la elaboración de envasados, conservas y caterings ecológicos. Además, participa en el programa Ecocomedores del Gobierno de Canarias y en el Proyecto GOSA (Grupo Operativo de Sostenibilidad Alimentaria) del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente del Gobierno de España.

Mientras, en el área de Cooperación Internacional se desarrollaron tres líneas de trabajo: la educación para el desarrollo, en la que se enmarca la tienda de comercio justo “El Surco”, que recientemente reabrió sus puertas en La Laguna; las emergencias internacionales, donde se trabaja de forma coordinada con la Confederación Cáritas Española; y la cooperación para el desarrollo, a través de la cooperación fraterna con realidades específicas de los países del Sur.

Con respecto a los perfiles de beneficiarios en 2020, la mayoría de las personas atendidas fueron mujeres (en torno a un 70%), y a medida que se acerca el fin de la vida laboral se localizan situaciones de mayor vulnerabilidad. En concreto, las personas de entre 45 y 65 años representan casi el 60% de los beneficiarios de la acción de Cáritas.

Vulneración y precarización de derechos básicos

Cáritas Diocesana de Tenerife plantea la “sistemática vulneración” y la “precarización de los derechos” de las personas que se atienden diariamente tanto en las parroquias como en los distintos programas y proyectos con los que cuenta la institución, ya que los datos continúan reflejando que el 29% de la población en Canarias (según el último informe de la Fundación Foessa) se encuentra en situación de riesgo de pobreza o exclusión social y más de 280.000 personas están desempleadas, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Unas cifras que incluso podrían agravarse este 2021 debido a la crisis del COVID-19, que está causando efectos devastadores entre las personas y colectivos más vulnerables del Archipiélago.

Igualmente, la entidad constata el aumento de las personas migrantes llegadas a Canarias en situación administrativa irregular, a las que se trata de dar respuesta desde los diferentes proyectos y desde el Programa de Migraciones, que de forma transversal atiende las especificidades de este colectivo. En esta línea, Cáritas denuncia que “las medidas políticas diseñadas por la Unión Europea de control de flujos migratorios tendentes a convertir territorios como nuestras Islas Canarias en cárceles para migrantes, cierre y externalización de fronteras y deportaciones, no son ajenas a las causas (conflictos armados, pobreza y desigualdades, cambio climático, expolio de los recursos naturales, etc.) que obligan a las personas migrantes a salir de sus países. Así, la entidad considera que “es imprescindible priorizar políticas de desarrollo justo en los países de origen, así como evitar que sigan siendo víctimas de organizaciones delictivas que se aprovechan de la desesperación y la falta de oportunidades en los países empobrecidos. Hemos de denunciar que más de 2.000 personas perdieron la vida en 2020 intentando alcanzar las costas españolas”.

Al respecto, el director de Cáritas Diocesana de Tenerife, Juan Rognoni, insiste en la necesidad de “implementar medidas urgentes” encaminadas a luchar contra la exclusión social y la pobreza en el Archipiélago, para hacer desaparecer el alto porcentaje de trabajadores y pensionistas canarios en situación de exclusión. Igualmente, Rognoni recuerda la labor que desarrollan las personas voluntarias que participan con su dedicación en el desarrollo de los proyectos de la institución, que representan la base y el cimiento de Cáritas. Así, durante 2020 contamos con 853 personas voluntarias (669 mujeres y 184 hombres) en nuestros proyectos y los 17 Arciprestazgos de la Diócesis Nivariense.

Esfuerzo de la ciudadanía

En el apartado económico, Cáritas Diocesana de Tenerife tuvo unos ingresos de 6.715.294,73 euros el año pasado, de los cuales 3.223.205,56 euros (un 48%) procedieron de aportaciones privadas provenientes de donantes particulares, fundaciones, empresas y las colectas parroquiales del primer domingo de mes; el resto, un total de 3.492.089,17 euros (el 52%) procedieron de recursos públicos. En este sentido, desde la entidad se agradece el esfuerzo y la colaboración de la ciudadanía en una época tan complicada como la que hemos vivido, donde de nuevo ha salido a relucir la solidaridad y el apoyo a los más vulnerables.

Desde las comunidades cristianas parroquiales, Cáritas Diocesana de Tenerife seguirá incidiendo en la formación y el empleo decente como bases sobre las que se asientan los procesos de intervención con las personas más vulnerables. En esta línea, seguiremos avanzando en el trabajo de las Cáritas parroquiales y el voluntariado, con la apuesta por la promoción y la participación de las personas participantes en nuestras acciones, desde las referencias que nos da nuestro Modelo de Acción Social. Queremos consolidar el protagonismo de nuestras Cáritas parroquiales, para que sean verdaderos agentes de desarrollo comunitario en los territorios donde se ubican. Para ello, consideramos fundamental seguir acompañando la formación del voluntariado, revisándola y adecuándola para que su tarea sea realmente transformadora.

Actualizado 1 junio, 2021