La terrible crisis política y social que atraviesa Venezuela en los últimos años ha provocado un grave aumento de la pobreza extrema, que según la última Encuesta de Condiciones de Vida del Venezolano (Encovi) afectaría ya en torno al 80% de la población. A esto se suman datos tan escalofriantes como el porcentaje de desnutrición infantil, que afecta al 30% de los menores de cinco años –unos 600.000 niños-. Ello ha provocado, entre otras cuestiones, la migración forzada de cinco millones de venezolanos, muchos de los cuales están llegando a Canarias.
Por este motivo, Cáritas Española, con el apoyo de Cáritas Diocesana de Tenerife y la colaboración del Cabildo de Tenerife, desarrolló el año pasado un proyecto de atención integral de emergencia a la población venezolana en situación de migración forzada en la provincia de Pichincha, en Ecuador.
Aportación del Cabildo
Con un importe de 20.000 euros, el proyecto ha permitido atender a más de 700 migrantes venezolanos en grave situación de vulnerabilidad, que se vieron obligados a abandonar el país. Muchas de ellas fueron acogidas en el albergue “El Buen Samaritano” de la ciudad de Quito, un espacio de acogida seguro, de protección y de orientación social y legal para la integración en el país de estas personas
De igual modo, también se proporcionaron a las familias bonos de alimentación e higiene y se les facilitaron mantas, colchonetas, cocinas eléctricas y otros utensilios básicos, así como bonos educativos para que las familias pudieran hacer frente a la compra de materiales escolares. Se ha ofrecido también acompañamiento social a través de atención especializada individual o grupal.
Según explican desde Cáritas, los principales perfiles de esta población migrante venezolana son mujeres y hombres solos con hijos, mujeres embarazadas y grupos familiares con personas enfermas o con algún tipo de discapacidad. La mayor parte de ellos acude a los servicios de Cáritas en Quito tras un mes viajando desde su país de origen y manifestaron que, a través de ayudas de transporte que les ofrecían en su recorrido o caminando, lograron llegar a Ecuador.
Cooperación internacional
Cáritas reafirma la Dimensión Universal de la Caridad, que no conoce fronteras y llega a las personas más empobrecidas del planeta, siempre a través de las Iglesias locales y las Cáritas hermanas con las que trabaja. Su prioridad en América Latina se centra en la atención a las poblaciones más vulnerables (campesinos, comunidades afrodescendientes, indígenas, etc) en una región en que la brecha de la desigualdad es cada vez más amplia. Así, llevamos más de medio siglo trabajando en 20 países distinguiendo cuatro zonas, Centroamérica y México, el Caribe, la Zona Bolivariana y la Zona Sur.
Las intervenciones van encaminadas a la defensa de los derechos humanos en términos de seguridad alimentaria, movilidad de las personas, ayuda humanitaria, y también en construcción de paz, gobernabilidad democrática e iniciativas de economía social y solidaria.
Actualizado 28 julio, 2020