Cáritas Diocesana de Tenerife trata a más de 200 personas con trastornos relacionados con el consumo de alcohol a través de su proyecto Drago

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El Proyecto Drago, una Unidad de Atención a los Trastornos relacionados con el Consumo de Alcohol de Cáritas Diocesana de Tenerife -e integrada en la Red de Drogodependencias del Gobierno de Canarias-, ha asistido en lo que va de año a 103 familias y un total de 202 personas con esta patología adictiva. Dicho proyecto, que cumple 25 años desde su puesta en marcha, se centra en la Desintoxicación, Deshabituación y Rehabilitación Alcohólica de los pacientes. El perfil y la problemática que presenta este trastorno han ido cambiando a lo largo de los últimos años, como así se constata en el informe publicado con motivo de la celebración, este 15 de noviembre, del Día Mundial Sin Alcohol.

Respecto a los últimos años, en el citado informe se constata cómo ha ido aumentando la demanda de pacientes que se acercan al proyecto, solicitando ayuda y tratamiento, sin contar con las familias, profesionales y otros agentes a los que se les ha dado información y formación para este trastorno por consumo de alcohol.

La mayoría de las personas que acuden al programa son hombres, en un porcentaje del 66,8%, si bien las mujeres se mantienen en un 33%, una cifra que creció especialmente a raíz de la pandemia por la Covid-19. Suelen tener edades comprendidas entre 46-55 y 56-65 años, con el mismo porcentaje (61,2%). Además, el 96% presenta dependencia alcohólica y un 4% consumo abusivo. Destacar que el 25,8% son personas que viven solas, el 12,9% en centros de acogida y el 57,3% vive con sus familias.

Inicio del consumo

Según explican las técnicas del proyecto Drago, el 46,6% empezaron a consumir alcohol en edades comprendidas entre los 14 y 16 años, aunque es a los 14 años en los hombres (13,5%) y 16 años en las mujeres (6%) donde mayoritariamente se inicia el consumo. En cuanto a la situación laboral, el mayor porcentaje es el de personas desempleadas que trabajaban antes y pensionistas, con un 57,4%. El informe de Cáritas Diocesana de Tenerife expone que en este sentido resulta preocupante el envejecimiento que está sufriendo la población en nuestro país, y la preocupación por el alto índice de desempleo que azota a este colectivo vulnerable.

El referido informe recuerda que el 47,7% de los pacientes presenta un familiar de primer rango alcohólico, lo que provoca que exista una mayor vulnerabilidad a desarrollar la enfermedad en pacientes con familiares alcohólicos. De igual modo, el 51,5% de las personas que acuden al programa no cuentan con apoyo familiar, aunque conviven en la misma casa. Por ende, el número de pacientes que se encuentran en exclusión social es de 27,7% (7,4% mujeres y 20,3% hombres), una cifra muy significativa, ya que en la enfermedad alcohólica el desarrollo del trastorno es el que lleva a la ruptura de sus redes sociales.

Otras sustancias

Se da la circunstancia de que, según el equipo técnico de Drago, un 59% de las personas con Trastorno por Consumo de Alcohol consume tabaco, un 8,4% cocaína y un 8% cannabis. Además, un 59,6% de los pacientes que acuden al programa presentan Patología Dual, es decir, un trastorno adictivo que coincide con un trastorno psiquiátrico en el momento que acuden al proyecto. De esta Patología Dual, los trastornos psiquiátricos que destacan son el Trastorno Afectivo (un 30,7%), seguido del Trastorno por Uso de Sustancia (23,1%) y el Trastornos de Ansiedad (18,4%). En cuanto a los problemas de salud de tipo orgánicos, la patología digestiva es la más frecuente, y dentro de esta un 35% problemas hepáticos y un 17% patología intestinal.

Los recursos que con más frecuencia derivan pacientes son los servicios sanitarios con un 30,4%, seguido de la familia con un 25,3% y los recursos de Cáritas Diocesana y servicios sociales con un 10,7% El informe refleja que del total de personas atendidas en lo que va de año, tres de cada diez (30,9%) ha logrado el alta terapéutica, mientras que un 53,4% continúa en tratamiento. Uno de estos casos de recuperación es el de María (nombre ficticio dado para preservar su intimidad). Según explica, empezó pensando que una copita no le hacía daño, “pero al cabo del tiempo esa copita se convirtió en lo más habitual de mi vida”.

“Me encontraba en unas circunstancias que equivocadamente me llevaron a refugiarme en el alcohol. Pero en realidad no era yo; no me cuidaba, se me olvidaban las cosas, … No quería reconocer lo que me estaba pasando hasta que desperté gracias a la ayuda de mi familia y del proyecto Drago”, recalca María, quien reconoce que ahora se encuentra “liberada”, porque “el alcohol ya no forma parte de mi vida”. “Ahora soy la persona que quiero ser. Soy yo misma; me cuido, me arreglo y soluciono los pequeños y grandes problemas y decido como quiero que sea mi vida sin que una sustancia tóxica me de fuerza para actuar”, sentencia.

Equipo técnico multidisciplinar

En la misma línea se manifiesta Pablo, quien reconoce que “bebía como un descosido para olvidar mis problemas; nada más saltar de la cama buscaba algo que tomar”. El comienzo del tratamiento fue muy difícil, pero gracias a la ayuda de mi familia y de las profesionales de Drago, y tras un proceso muy lento y con mucho sacrificio, salí adelante. Ahora llevo ya más de 4 años sin beber y mi vida ha cambiado por completo. Soy la persona que quiero ser y soy feliz”, concluye.

Subvencionado por la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, el proyecto Drago trabaja desde un enfoque biopsicosocial, a través de un equipo interdisciplinar formado por una médica, una psicóloga y una trabajadora social. Desde 2009, la cifra de personas atendidas en el recurso que gestiona Cáritas Diocesana de Tenerife ha crecido cerca de un 40%.

Proyecto Drago es la única Unidad específica en la Atención de los Trastornos por Consumo de Alcohol de la Red de Drogodependencias que existe en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Ofrece orientación, información, valoración y derivación a otros recursos si fuera necesario, así como tratamiento médico, psicológico y social en terapias individuales y grupales, además de asesoramiento en prevención de drogodependencias. También participa en campañas de sensibilización y lleva a cabo acciones formativas.