Seguir cerca de todas aquellas personas con más dificultades, de aquellas familias con menores a cargo, de los migrantes, de las personas en situación de sin hogar, de las personas mayores con dificultades y en soledad. Estos son los principales retos que afrontamos desde Cáritas Diocesana de Tenerife en este año 2020. Y es que, teniendo en cuenta la compleja situación por la que todavía atraviesan miles de familias isleñas, la necesidad de dar respuesta a estos los derechos fundamentales de la persona, van a centrar la mayor parte de nuestros esfuerzos durante este ejercicio. Así, seguiremos esforzándonos en la generación de nuevas oportunidades para los colectivos más vulnerables, en la formación, el empleo y la autonomía personal, pero también en el acompañamiento, la autoestima, la amistad y el espíritu.
En comunión con el objetivo pastoral de nuestra Diócesis, que nos invita a mirar a las periferias existenciales, seguimos trabajando intensamente en materia de Vivienda y Empleo, como respuesta a las demandas planteadas desde el territorio. Ello, sin olvidarnos del acompañamiento de las personas acogidas en nuestros recursos alojativos y que, por diferentes motivos, no pueden acceder a una vivienda; de los migrantes, que la situación de pobreza y conflicto expulsa hasta nuestras fronteras; de los mayores que pasan el día en nuestros Centros de Día o que acompañamos en sus domicilios a través de nuestro voluntariado; o nuestra apuesta por la economía solidaria, donde las empresas de inserción constituyen una alternativa al actual modelo excluyente que prima en la sociedad actual.
Transversalidad
Porque en Cáritas apostamos por “tejer redes, hacer comunidad, sumar trabajo, sueños, hacer común-unión con otros, que son las llaves que nos permiten entrar en otros mundos posibles, donde fluyen corrientes de amor, justicia y fraternidad, que transforman y alimentan la esperanza de las personas”. En esta línea de transversalidad de nuestras acciones, y respondiendo a nuestra misión como cristianos que conocemos quiénes son los preferidos del Señor, seguiremos impulsando proyectos como “Base 25”, cuyo objetivo es prevenir el sinhogarismo en la provincia y proporcionar alternativas habitacionales a personas y familias en situación de vulnerabilidad y exclusión residencial, acompañándolas en su plena inclusión social.
Igualmente, desde las comunidades cristianas parroquiales, Cáritas Diocesana de Tenerife seguirá incidiendo en la formación y el empleo decente como bases sobre las que se asientan los procesos de intervención con las personas más vulnerables. De este modo, continuaremos trabajando en red con las entidades que forman parte del proyecto insular “Barrios por el Empleo”, y potenciaremos nuestros itinerarios integrados de inserción sociolaboral, que tienen como finalidad proporcionar una serie de servicios que generen vías de acceso al mercado laboral, a través de la mejora de la empleabilidad de las personas participantes. Estas suelen llegar hasta nuestros programas a través de las Cáritas parroquiales y después de ser acogidos y orientados por nuestro voluntariado, que resulta fundamental en la atención de base y es el principal pilar de nuestra institución.
En esta línea, y en continuidad con el trabajo que hemos venido realizando, para este año queremos seguir avanzando en el trabajo de las Cáritas parroquiales y de nuestro voluntariado, con la apuesta por la promoción y la participación de las personas participantes en nuestras acciones, desde las referencias que nos da nuestro Modelo de Acción Social. Queremos consolidar el protagonismo de nuestras Cáritas parroquiales en su acción, para que sean verdaderos agentes de desarrollo comunitario en los territorios donde se ubican. Para ello, consideramos fundamental seguir acompañando la formación del voluntariado, revisándola y adecuándola para que su tarea sea realmente transformadora.
Actualizado 7 enero, 2020