Cáritas Diocesana de Tenerife denuncia la grave crisis humanitaria en la que sigue sumida Venezuela

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La crisis en Venezuela ha llevado a un deterioro de las condiciones humanitarias y al aumento de las necesidades básicas. Las restricciones importantes y la hiperinflación reducen la disponibilidad y el acceso a bienes y servicios básicos. La crisis económica se ve agravada por una crisis política que se perpetúa y deteriora las instituciones democráticas. La cantidad de personas necesitadas en Venezuela y la verdad de las necesidades no están claras debido a falta de los datos, pero las encuestas realizadas por organizaciones locales apuntan a una situación cada vez más grave. El gobierno niega la magnitud de las necesidades humanitarias y, a la vez, restringe el acceso de las ONGs.

Según la Organización Internacional de las Migraciones, 2,3 millones de venezolanos están viviendo fuera de su país, de los cuales más de 1,6 millones han salido desde 2015 y el 90% se encuentra en países de Sudamérica. Estas cifras no contemplan la cantidad de personas que cruzan la frontera por los pasos informales y no se registran en los países de tránsito o de acogida. Se espera que el flujo mayoritario de venezolanos a países vecinos en América del Sur continúe en curso e incluso se intensifique. La mayoría de los venezolanos que abandonaron a su país no tienen un estatus regular y, por lo tanto, son más vulnerables a cualquier forma de explotación, abuso, violencia, tráfico, discriminación y violencia sexual. Entre los problemas que más preocupan a los venezolanos están la caída de la recaudación fiscal (aproximadamente), en un 70% en relación al año pasado; la producción de petróleo. De cerca un millón y 500.000 barriles diarios, la gran parte (75%) está comprometida con el pago de la deuda externa y convenios operativos. Por si esto fuera poco, el bolívar se sigue devaluando tanto oficial como extraoficialmente. En consecuencia, los precios de los productos básicos siguen subiendo.

Desnutrición infantil

La contracción del PIB, alrededor de un 15% al año, es otra causa de preocupación. Esto se traduce en varios problemas adicionales: mayor quiebra y cierre de empresas y comercios; aumento del desempleo y de la informalidad, así como un mayor predominio de las actividades especulativas. La deuda externa y las reservas internacionales son otros ítems de extrema preocupación. Este año, el Estado debe cancelar unos 8.000 millones de dólares y más de 4.000 millones en vencimientos, mientras que las reservas internacionales acumulan un declive de un 15% anual. En junio pasado, el salario mínimo integral se alzó un 103%. Sin embargo, un trabajador necesita 3,5 años de salarios integrales para cubrir una cesta de la compra mensual. Esta situación provoca, entre otras cuestiones, que el índice de desnutrición aguda en menores de cinco años se ubique en un 16,02%, cuando lo máximo admisible es un 5%. Además, la tasa bruta de mortalidad está en 1,4 por cada 10.000 habitantes, cuando indicador regular debe ser de 0,4 por cada 10.000, A todo esto se suma una crisis de agua, que hace que se registre una disposición del líquido de 45 litros por día, cuando lo normal son 100 litros. Igualmente, se ha constatado el rebrote de hasta cinco enfermedades infectocontagiosas que hasta hace un año apenas provocaban casos, como son el paludismo, la difteria, el sarampión, la tosferina y la polio.

El compromiso de Cáritas

La confederación Cáritas, junto con algunas Cáritas de América del Sur, está respondiendo de forma conjunta y en diversos países, a la crisis venezolana, brindando asistencia y protección, ya sea internamente en Venezuela o en los países de tránsito y destino de los migrantes y refugiados, como Colombia, Perú, Ecuador y Panamá. Uno de los importantes desafíos para el trabajo de Cáritas con estos colectivos es el acceso a la información segura por parte de ellos. Esta es también una de las necesidades más observadas en las encuestas realizadas por la institución. La información segura puede reducir las agresiones contra las mujeres, la explotación sexual y el tráfico, y también puede facilitar el acceso a empleos formales e impedir el reclutamiento de mano de obra forzada. En este sentido, Cáritas International está buscando implantar mecanismos que posibiliten este flujo de información, una de las principales preocupaciones de Cáritas a corto plazo.

De igual modo, Cáritas Venezuela es la encargada de coordinar y desarrollar toda la respuesta de emergencia y atención ante la crisis, con el apoyo de Cáritas en Estados Unidos (CRS), que brinda soporte técnico para mejorar la coordinación y asegurar la comunicación de forma continua y regular. Además, orienta y apoya al personal local para desarrollar las capacidades del equipo de Caritas Venezuela con las habilidades, el conocimiento, la actitud y la experiencia adecuada para atender las necesidades identificadas por Cáritas Venezuela.

Y dada la referida situación crítica por la que están pasando las familias en Venezuela, con carencias básicas como la alimentación y los medicamentos, Cáritas Española, en colaboración con Cáritas Venezuela, ha abierto una campaña de colaboración económica para recaudar fondos con destino a nuestros hermanos venezolanos, con una aportación inicial de 100.000 euros. Además, se ha lanzado una campaña de solidaridad a través de una serie de cuentas bancarias:

Cuentas de Cáritas Española:

CAIXABANK

ES89  2100  5731  7102  0022  7540

BANCO SANTANDER

ES23  0049 1892  6927 1329  3362

Cuenta de Cáritas Diocesana de Tenerife:

CAIXABANK

ES84  2100  6623  7122  0022  2247

Actualizado 11 septiembre, 2018