El Valle de Aridane, en #LaPalma, sigue viviendo muchas de las secuelas que padecen los cientos de afectados de la erupción volcánica de «Tajogaite». Casi dos años después de aquella tragedia natural, la realidad obliga a las personas damnificadas a avanzar, a recomponerse y a soltar algunos de los lastres que no les permiten caminar con normalidad. Esta es la tarea en la que llevan meses trabajando junto a Cáritas Diocesana de Tenerife los Religiosos Camilos, que han vuelto esta semana a la isla con su Unidad Móvil de Atención en Duelo.
Se trata de un servicio del Centro de Humanización de la Salud, creado por esta Orden, que tiene por finalidad ayudar a las personas que pasan por una situación de sufrimiento o crisis en sus vidas (situación de duelo, personas con un familiar enfermo, soledad, otras situaciones difíciles, etc). Esta iniciativa está coordinada y promovida por la Delegación de Pastoral de la Salud de la Diócesis Nivariense y por la propia Cáritas Diocesana de Tenerife.
Prevención
El Centro de Escucha constituye un verdadero dispositivo de salud y un recurso social para la prevención de patologías, o para evitar la cronificación de estados asociados a situaciones vitales dolorosas. En este caso, las personas que solicitan ayuda o asesoramiento son atendidas por una de las personas que forman parte del cuadro de expertos en counselling (una profesión de ayuda formada por counselors, que tienen como objetivo asistir a personas que atraviesan conflictos, crisis, o que están en la búsqueda de mayor bienestar o integración personal) y relaciones de ayuda.
El Centro de Escucha de los Camilos es un servicio gratuito, que se acerca a aquellos lugares donde se está produciendo una situación de crisis o emergencia, para ofrecer el servicio de la “escucha activa”, la relación de ayuda, el counselling y la atención especializada de distintos profesionales. Estos se mantienen en contacto desde hace meses con los agentes de Cáritas Diocesana de Tenerife (personal técnico, voluntariado, etc) y los sacerdotes de la Diócesis, con los que también han compartido nuevos encuentros estos días.
Más de cinco siglos de dedicación
La Orden de los Ministros de los Enfermos comenzó a existir en agosto de 1582, cuando su fundador, Camilo de Lelis (1550-1614), entonces mayordomo del hospital de Santiago, en Roma, tuvo la inspiración de crear “una compañía de hombres piadosos y buenos que sirvieran a los enfermos […] voluntariamente y por amor de Dios, con el mismo amor que tiene una madre a su único hijo enfermo”. El deseo de Camilo era sustituir a los funcionarios de un gran hospital como aquel, “porque sus servicios no estaban motivados por amor auténtico ni cumplían con sus deberes, lo cual iba en detrimento de los enfermos”.
En la actualidad, los religiosos camilos son más de un millar y están distribuidos en 40 países del mundo, incluyendo sacerdotes y hermanos. El padre Leocir Pessini, brasileño, es el superior general de la Orden para el sexenio 2014-2020. El Vicario general es el religioso Laurent Zoungrana, natural de Burkina Faso. Los religiosos Camilos, con el mandato de su fundador de “cuidar a los enfermos, con el mismo amor de una tierna madre con su único hijo enfermo” dedican su vida a humanizar el mundo de la salud, cuidando a las personas enfermas y enseñando a otros a hacerlo.