Cáritas Diocesana de Tenerife, junto a Médicos del Mundo Canarias, ha celebrado esta mañana en el Aula Magna del Aulario General César Manrique de la Universidad de La Laguna unas jornadas sobre «Género y Sinhogarismo», donde una serie de expertas y técnicas de distintos ámbitos han abordado el fenómeno de la exclusión residencial desde el enfoque de género.
Las jornadas, que han congregado a cerca de un centenar de personas, fueron abiertas por el director de Cáritas Diocesana de Tenerife, Juan Rognoni, que estuvo acompañado por la coordinadora del área de Vivienda e Inclusión Social de la entidad católica, Tersi Castro, y Patricia Ortiz Guzmán, técnica de Intervención Social del Servicio de Migraciones y Salud de Médicos del Mundo.
Violencias y secuelas sociales
Entre otras cuestiones, en el encuentro se trataron las violencias que sufren las mujeres en situación de sin hogar y las secuelas sociales; el sinhogarismo como determinante de la salud mental; o la metodología de intervención en adicciones con perspectiva de género.
Igualmente, el técnico de Cáritas Diocesana de Tenerife, José Antonio Díez, presentó el informe “Mujeres y Exclusión Social”, que se enmarca en el IV Estudio sobre Exclusión Residencial Extrema, que se presentó el pasado mes de julio en el Cabildo de Tenerife.
En dicho informe se detalla que en 2023 encontramos un total de 2.308 personas en situación de exclusión residencial extrema en la isla de Tenerife, la mayor parte de las cuales se localizan en los municipios de Santa Cruz de Tenerife (un 36,2% del total), Arona (12,7%) San Cristóbal de La Laguna (12%), Adeje (8%), Puerto de la Cruz (8%) y Granadilla de Abona, con un 5,2% del total de casos.
Mujeres solas y jóvenes
Entre los datos más significativos que aporta este IV informe destaca el aumento significativo de mujeres en situación de calle (residiendo a la intemperie), hasta un 27,6% en 2023, un 6% más que en 2020, en plena pandemia por la Covid-19. Además, en la mayor parte de los casos se trata de mujeres con rangos de edades menores a los de los hombres, lo que nos permite dibujar una mayor presencia de mujeres solas y cada vez más jóvenes residiendo directamente en la calle.
Las mujeres sin hogar a menudo enfrentan la violencia institucional, que se produce a través de políticas, prácticas y actitudes discriminatorias en los sistemas de ayuda y servicios sociales.